Uno de los grandes momentos del analista es el momento de presentar los datos ante las hordas directivas. Es un momento cumbre, nervios, sudor de manos muchos «mecagonlaputa»… bueno,ya sabes..
Es conveniente que conozcas las diferentes fases por las que vas pasar, bueno, tú y los que reciban los datos. Vamos allá.
Es uno de los grandes momentos. Cuando presentes tu hermoso gráfico lo primero que vas a encontrarte es una negación. «Eso no es cierto», «Eso está mal» ¿cómorl? será tu pregunta, bueno, si ellos te niegan todo lo que dices será en base a algunos datos… ¿no? pues no, no busques razonamiento alguno.
Una de las formas mas habituales de negación es la de cuestionar la base de obtención de datos con cosas cómo «Ese mapa de calor sólo coge 5000 visitas» » es que la muestra es de muy poca gente» «Es que el audímetro se puede manipular«… claaaro amigos ,ahora cagarse encima de la ley de los grandes números y todo el conocimiento estadístico de los últimos siglos sin ningún fundamento o demostración alternativa es mainstream… con negar vale.
Ésto es lo que sientes tú. Un golpe en la mesa junto a un «¡Cagondios!« es lo mas adecuado en este momento, pero recuerda en esta reunión tu eres el pepinillo, te puedes quedar sin cabeza. Hay leyendas que cuentan que algunos analistas dieron rienda suelta a su ira… cuando todo pasó le respodieron «Es que el audímetro se puede manipular»
El peligro de ésta fase es que te puede llevar a la anterior. Es aquí donde el directivo medio, tras intentar mandar a la mierda todo tu trabajo, empieza a tener «ideitas». Las frases son del tipo «lo que realmente ocurre es que el usuario medio hace X» ¿en base a que datos? a ninguno, pura intuición, recuerda que se mean sobre la estadística tanto como siguen los métodos de Aramís Fuster. A mí me gusta aquella de «todo el mundo entra por la portada»… lo mas cojonudo es que todavía intentan coger tus datos y justificar su frase, a pesar de haberlo negado todo anteriormente… supongo que la oportunidad de colgarse una medalla es superior al placer de quedar por encima del «pepinillo analista», pero nunca se sabe…